OTEANDO EL CANTÁBRICO
Escultura y escultor van ligados íntimamente a la historia y a la imagen de Gijón , durante años fue imagen de la ciudad ahora cambiada por un logo mas moderno pero “El elogio” sigue siendo la imagen de Gijón por méritos propios.
Fue rechazada por los gijoneses en un principio y se le adjudicó otro nombre que con los años pasó a decirse con cariño y hoy casi ni se escucha : El Wáter de King Kong. A veces parece que nos cuesta creer en lo nuestro hasta que empiezan a elogiarlo fuera.
¿Qué sería del cerro sin el Elogio al Horizonte de Chillida? Pues a pesar de las vistas que desde allí se tienen de la bahía de San Lorenzo , el Musel y el Cantábrico , el Cerro estaría un poco mas vacío , no tendría el valor añadido de situarse en el centro de la escultura y sentir el sonido del mar amplificado.
El Elogio es una escultura de hormigón de 10 metros de altura y con un volumen de 200 metros cúbicos. Pesa 500 toneladas. Estrenó década ya que se inaugura el 9 de Junio de 1990, el primer verano de los 90.
Para hablar un poco de como se originó el proyecto , os remito a la entrada del blog del ex concejal Daniel Gutiérrez Granda , es una entrada de 2010 , hace dos años , justo cuando el Elogio cumplía 20 años vigilando el Cantábrico. Os dejo con un extracto y el enlace :
Eduardo Chillida, que visitaba Gijón con una cierta frecuencia, estaba trabajando en los bocetos de esa obra cuando dio con su enclave ideal durante un paseo: el Cerro de Santa Catalina. Cuando lo propuso al Ayuntamiento casi no podíamos creerlo, en aquello momentos yo era el Concejal de Cultura en Gijón y pensé que era una broma. De verdad. Uno de los artistas españoles más importantes del siglo XX, por cuya obra se peleaban los principales museos del mundo, quería instalar una escultura monumental en Gijón. Ni más ni menos. Para no creérselo.
La entrada podéis encontrarla aquí
Y para terminar os dejamos con uno de los muchos vídeos que hay en Youtube de la escultura. Lo he escogido porque muestra muy bien lo que se siente allí : Viento , mar , olor a salitre , cerrar los ojos y sentir el Cantábrico.
